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martes, 4 de noviembre de 2014

Ese divertido final para el torneo de esta noche. Ha resultado que he agarrado el ITM -y sus 3 puntos- de medio milagro, y dejando en plan burbujeante a un posible rival directo.

Pero ha sido una partida bastante similar a la de la tarde, con una buena cantidad de puntos conseguidos, pero sin muchas cosas interesantes para comentar, mientras espero a ver cómo se vá configurando la parte alta de la general.

¡En realidad no quiero mirar todavía para no ver quién se acerca por ahí, ja, ja! ... pero aún así ya he dado algún repaso y ... ¡¡¡ya está Yoshiro liándolaaa!!!

Entre los primeros también he visto al implacable Raga y a algún otro de los que yo conozco.

Imprescindible descansar bien, esperando los acontecimientos con serenidad, desde el puesto 17 -quizá avance algo con este torneo nocturno recién concluído-.

En cuanto a los cachondo-temas podemos dar otro toquecillo de color. Simplemente abro la puerta: ¿qué querrán decir esos que se fijan en si han terminado con número positivos ó negativos, cuando resulta que eso es intranscendente -salvo situaciones específicas no demasiado importantes-?

Naturalmente, todas estas críticas -las que he vertido y las que voy a verter- contienen errores, y me encantaría que me los indicasen ... porque yo no los capto. En este caso de los negatifffos-positifffos, basta con pensar en que el sistema de puntuación funcionaría perfectamente igual si se otorgasen puntos negativos a todo el mundo.

¿Qué harían entonces estas personas? ¿Quizá acabar lamentándose también en los torneos en los que finalizasen en primer lugar, ya que les habrían dado puntos negativos?

Ja, ja, es broma, no os lo toméis a mal: simplemente me gustaría que alguien me aclarase en qué se sustenta esta moda (ya he dicho que esto es al margen de algunas situaciones muy concretas, como por ejemplo que, si obtenemos puntos positivos, ganaremos distancia respecto a jugadores que no hayan disputado un determinado torneo, ya que ellos consiguen cero puntos).

Pues eso, a descansar: realmente es difícil encontrar una mejor manera de prepararse para lo cotidiano, que dormir 8 horas -ó las que necesite cada uno-.

Ésa costumbre, la de no dormir 8 horas, es una de las innúmeras idiocias grupales que machacan nuestra sociedad. Por supuesto, estas idiocias no surgen de la nada, como independientes plagas, sino que tienen un origen común: la ineducación a la que venimos siendo sometidos desde los años 30 hasta los 90 (de lo de antes y de lo de después no tengo referencia directa, pero me temo que debe de ser similarmente desmotivador).

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