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jueves, 13 de noviembre de 2014

... seguimos en la onda en la liga inferior de poker, de la gran sala española ... y en el mundial de ajedrez, Anand, con negras, entabla la partida contra el campeón Carlsen (y todos esperamos al quinto game, tras la jornada de descanso de mañana) ...

... así que no mucho, ya saben, la "recaudación" habitual (estoy conformando ahora mi bank: ya casi está hecho, con las cantidades seguras que van a venir, y logros como el de hoy en el torneo diario Chrome) ...

... la cabeza de la general se ha movido, y por lo tanto es de rigor completar la nómina de aspirantes citados ayer, con los "clásicos" AA-ALLIN, Xeso y Cabercrow.

Hoy ha habido otras cosas grandes, además, como el aterrizaje de Rosetta en el cometa ... en las próximas horas contemplaré algunos videos sobre la cuestión.

Y otra cosa más. A mí se me revoluciona el cuerpo cuando oigo el tremendo final de la Novena de Beethoven (me refiero a los compases finales, en el summum orquestal) -naturalmente no en todas las versiones-. Y curiosamente también hay "episodios" suaves del Concierto Emperador, del mismo autor, que asimismo me dejan subyugado. ¿Qué tiene la música? Os invito a escuchar estos fragmentos; evidentemente lo adecuado es atender a la obra entera, ó como mínimo al movimiento completo, aunque el efecto que experimentaréis, sobre todo en el caso del final de la Novena, creo que será el mismo que experimento yo, a pesar de que sólo escuchéis el minuto final.

La "labor" sólo se completa si uno dedica tiempo a reflexionar sobre las sensaciones que acaba de tener, a pensar en por qué su cuerpo se subleva de esa manera ante ciertos sonidos (toda esta elucubración posterior debe ser llevada a cabo en silencio y soledad).

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